La sismicidad en México está significativamente influenciada por su posición geográfica sobre configuraciones tectónicas complejas, donde interactúan varias placas tectónicas importantes. Esto incluye la Placa Norteamericana, la Placa del Pacífico, la Placa de Rivera y la Placa de Cocos. La interacción de estas placas hace que México sea altamente propenso a actividades sísmicas, incluyendo terremotos frecuentes y a veces poderosos.

Zonas de Subducción: La fuente principal de la actividad sísmica de México es la subducción de la Placa de Cocos bajo la Placa Norteamericana a lo largo de la Trinchera de América Central en la costa sur y la Placa de Rivera bajo la Placa Norteamericana a lo largo de la Trinchera de Rivera en el noroeste. Estas zonas de subducción son capaces de generar poderosos terremotos de megathrust.

Cinturón Volcánico Transmexicano: Este cinturón volcánico se extiende a través del centro de México y también es una zona sísmica significativa. Está asociado con la subducción de la Placa de Cocos y alberga varios volcanes activos. La actividad tectónica en esta región a menudo resulta en terremotos volcánicos y tectónicos.

Terremotos Corticales: Además de los terremotos relacionados con la subducción, México también experimenta terremotos corticales dentro de la Placa Norteamericana. Estos terremotos pueden ocurrir a distancias significativas de los límites de las placas y son causados por tensiones regionales y sistemas de fallas locales.

Sistema de Fallas de San Andrés: La extensión norte de este sistema de fallas afecta la península de Baja California y es una fuente significativa de peligro sísmico. Principalmente causa movimientos de desplazamiento lateral (horizontal), lo que lleva a terremotos a lo largo del límite entre la Placa del Pacífico y la Placa Norteamericana.

Sismicidad Histórica: México tiene una larga historia de terremotos destructivos, como el terremoto de la Ciudad de México en 1985 y el terremoto de Puebla en 2017, que han impactado profundamente el desarrollo urbano, los códigos de construcción y las estrategias de preparación para desastres.

Riesgo de Tsunami: La actividad sísmica a lo largo de la costa del Pacífico de México también plantea un riesgo de tsunami, particularmente de terremotos en las zonas de subducción, que pueden generar tsunamis significativos que afectan a ciudades costeras y portuarias.

Monitoreo Sísmico y Regulaciones de Construcción: En respuesta al alto riesgo sísmico, México ha desarrollado una extensa red de monitoreo sísmico y códigos de construcción estrictos destinados a reducir los riesgos de terremotos, particularmente en áreas urbanas como la Ciudad de México, que es especialmente vulnerable debido a su suelo blando de lecho lacustre que amplifica las ondas sísmicas.

Estos factores combinados hacen de México uno de los países más sísmicamente activos a nivel mundial, requiriendo monitoreo continuo, ingeniería robusta y gestión efectiva de desastres para mitigar los impactos de los terremotos.