La predicción de terremotos es una de las habilidades más antiguas conocidas por la humanidad. La primera predicción conocida fue hecha por Feresídes de Siros hace unos 2500 años. Él predijo un fuerte terremoto al notar que el agua de los pozos, normalmente muy limpia, de repente se volvía sucia y salada. El terremoto ocurrió dos días después, lo que le trajo fama a Feresídes.

La sismología, como rama de la ciencia, fue fundada en 1755 después del terremoto de Lisboa en Portugal. Este terremoto causó una pérdida significativa de vidas y destrucción, lo que impulsó a la comunidad científica a buscar la verdad sobre los terremotos para evitar que desastres similares ocurrieran de nuevo. A raíz de otros terremotos devastadores, como el Gran Terremoto de Mino-Owari en Japón en 1894, países como Japón establecieron sus organizaciones sismológicas para comprender mejor los terremotos y desarrollar medidas para mitigar sus efectos.

En 1923, un devastador terremoto y tsunami tuvieron lugar cerca de Tokio, resultando en la muerte de aproximadamente 142,000 personas. Un sismólogo japonés llamado K. Imamuri había predicho el terremoto un año antes, basado en la quiescencia sísmica observada que había durado varias décadas. Sin embargo, su predicción fue ignorada en ese momento. Después del evento, los sismólogos japoneses comenzaron a tomar en serio las ideas de Imamuri. Predijeron un gran terremoto de Kanto entre 1960-1965, pero resultó ser una falsa alarma y socavó el modelo de Imamuri.

En la década de 1950, el gobierno chino estableció un ministerio para predecir terremotos, y los sismólogos chinos predijeron exitosamente un terremoto de magnitud 7.3 en Haicheng en 1975, salvando alrededor de 200,000 vidas mediante una evacuación exitosa. Sin embargo, no lograron predecir el siguiente gran terremoto en Tangshan cerca de Beijing, que destruyó completamente la ciudad y mató a casi 250,000 personas.

El Experimento Pakfield en California fue un ambicioso proyecto de predicción de terremotos centrado en la falla de San Andrés cerca del pequeño pueblo de Parkfield. Este sitio fue elegido debido a su historia de terremotos moderados que ocurrían aproximadamente cada 22 años desde 1857. Iniciado en 1985 por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), el experimento tenía como objetivo predecir y capturar un terremoto significativo para 1993, basado en la regularidad de los terremotos pasados y respaldado por una predicción con un nivel de confianza del 95%. Sin embargo, el terremoto esperado no ocurrió dentro del plazo predicho. Después de que el bien preparado Experimento de Parkfield fracasara, se concluyó que la predicción de terremotos es imposible, y la financiación para dicha investigación se detuvo a nivel mundial.

Finalmente, el catastrófico terremoto y tsunami de Tohoku en 2011 despertaron el interés de Oleg Elshin en este problema, y Terra Seismic fue establecida el año siguiente, el 10 de agosto de 2012.